martes, 21 de marzo de 2017

Abro el Facebook y encuentro que cuatro amigos en la red han compartido sus poemas. Lo hacen al mismo tiempo y yo tiendo a pensar en algo, pienso que la llegada del otoño produce algo en la psiquis profunda, algo interpretable como un triunfo ante el clima, se depositan esperanzas en el frío y la ventolera. Que hermoso es cuando ya aburridos del sol, giramos la mirada hacia la luna, a la noche que se alarga. En el año ya existe un pasado, ese verano que se fue. Oh! Querido otoño! Los poetas te dan la bienvenida y especulan el color de la que será su bufanda favorita, los poetas noveles te reciben con esperanzas y apuestan a que ivernando en el escritorio terminaran sus obras completas. Nada más lindo que caminar entre hojas por los parques, nada más lindo que abrir un libro y leer un poema en cada banca. Del frío emergerán las obras, los poetas sueñan con una temporada otoño-invierno vestida con viejos chalecos y nuevas letras. Apuestan nuevamente al futuro, mientras el sol da a entender que está lejos de retirarse e iluminar los días. En buhardillas soñadas, los papeles inconclusos se apilan como un bodegón flamenco y la tristeza resulta hermosa. Joven poeta, mucha suerte. Con las palabras y las limonadas calientes. Mucha suerte con el entusiasmo y las venideras lluvias de polen.

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