lunes, 3 de abril de 2017

Desperté con el ánimo encumbrado, nuevamente me sentí capaz de hacer muchas cosas. Mi trabajo remunerado fue realizado con diligencia y en los horarios que correspondía. A la tarde Luciano me visita cargado de fotos enmarcadas, hablamos de la exposición que estamos prontos a realizar, con su ayuda pude ordenarme y estudiar pormenores que no había abordado por desidia o franco desinteres. Durante el fin de semana todo había perdido su encanto. Los momentos en los que tengo una mala racha anímica me desentiendo de cualquier proyecto en el que esté embarcado. un amigo me hizo encausarme, en ello radica parte de la fascinación de los proyectos colectivos, si uno deja de remar, el buque igual se mueve y se realizan las maniobras para animar a quien flaquea. o se sigue avanzando y uno debe avanzar dando brincos para alcanzar a la manada. Hoy se que tengo que resolver un montón de pequeñas cosas para tener un fin de semana distendido. Disfrutar fijando cuadros en una pared, disfrutar extendiendo alargadores para conectar equipos, gozar de una fiesta perfecta. Allí beberé tragos pausados, disfrutando la nueva exposición, las mezclas de los vinilos y la amistad. Aunque luego tenga que agarrar una escoba y barrer el recinto.

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